La semana pasada disfruté de uno de los regalos de cumpleaños más originales que me han hecho nunca.
Salimos de casa sobre las 23:15, de un día de diario. Llevábamos 2 bolsas, de las que yo desconocía su contenido. Condujimos por un tranquilo y prácticamente vacío Madrid. Calle Alcalá. M-30. Avenida Ciudad de Barcelona. Calle Atocha. Aparcamos sin muchos problemas. Anduvimos un rato por el centro de la ciudad (Huertas, Lavapies, Tirso de Molina...) hasta llegar a la Plaza de Jacinto Benavente, justo detrás de Sol (la que tiene una estatua de un barrendero pasando la escoba).
Yo seguía sin saber a dónde nos dirigíamos. El musical de Ana Frank? Un teatro? Un espectáculo de danza? Pero a medianoche??
Por fin abro mi bolsa. Un regalo. Paquete grande y blando. Rasgo el envoltorio. Parece un pantalón corto. No, un bañador... un bañador?? Para qué quiero yo un bañador a las 23:45 de una noche de marzo en Madrid?? Sigo sin comprender.
Avanzamos unos metros más y me dicen: "es aquí". Leo
'Medina Mayrit' (qué es esto?? si yo no entiendo árabe!). Me fijo un poco más en el cartel. Restaurante. Espectáculo de danza del vientre. Tetería (y el bañador paqué?). Et voilà!!! Baños árabes más masaje!! JAJAJA. En serio?? Qué grande!
Resulta que el establecimiento tiene una oferta llamada
'Medianoches de ensueño' que consiste en un 2x1 los domingos, lunes y martes a las 0:00. Desde luego que es original darse un baño áraba y masjae a medianoche, no? Pues eso debieron pensar todos nuestros compañeros, porque lejos de estar solos, el local estaba lleno (principalmente parejas). Menos mal que teníamos reserva!
Después de recoger las toallas y de pasar por el vestuario para cambiarnos(si alguna vez vais, no olvidéis llevar una moneda de 1€ para la taquilla!), entramos a la zona
de los baños. Menuda gozada! Hay 3 tipos de piscinas: de agua templada, de agua caliente y de agua fría, que aconsejan visitar en ese orden. Increíblemente relajante! (bueno, el de agua fría más bien estimulante...). Pero es que además había una sala de descanso, con fuentes de té incluidas, y una sala de vapor.
Por si esto fuera poco para olvidarme del estrés del curro, de las reformas y de los demás problemas que pudiera tener en ese momento, a mitad del baño nos llamaron para el masaje. Pudimos elegir entre sólo en las piernas, sólo en la espalda, o en ambas zonas. Yo elegí la última opción. Me quedé como nuevo.
La hora y media de la sesión se me pasó en nada. Se estaba tan a gustito, relajado, remojado... qué placer! Y encima luego no tenía nada de sueño, vamos, que se me había quitado todo el cansancio y el estrés en un santiamén.
Sinceramente, os recomiendo la experiencia a tod@s l@s que queráis hacer algo original con vuestras parejas. No es barato, pero tenéis un éxito asegurado. Por lo menos a mí aún se me pone la cara de 'pánfilo' sólo de recordarlo!!