Empecé a dar vueltas por el suelo y a gritar de dolor. Los jugadores de mi equipo y del contrario empezaron a rodearme y podía oir frases del tipo: "se le ha salido el codo?", "se habrá roto el codo?", etc. Por fortuna un contrario era fisioterapeuta (o eso me contaron) y se hizo cargo de la situación. Sólo ver cómo me cogió el brazo me tranquilizó. Me hizo unas pruebas rápidas y poco a poco comprobé que mi brazo seguía en su sitio. Aún así el dolor era agudo.
Conseguí levantarme y con ayuda de un compañero fuimos en busca de una bolsa de hielo. Eso consiguió aliviarme. Aún así, cuando llegué a casa llamé a mi hermana (qué suerte tener una médico en casa!) y se vino a verme... un tanto preocupada por mi descripción del percance. Me hizo unas pruebas (en las que me hizo bastante daño, por cierto) y me recomendó inmovilizar el brazo con una escayola, a lo que yo me negué. De lo que no me libré fue de que me pusiera un pañuelo al cuello. Me recetó unos antiinflamatorios y, a falta de la radiografía, su diagnótico fue:
"te has lesionado los dos paquetes de músculos que llegan al codo. Es un doble esguince. Una epicondilitis y puede que algo más."
En principio, son varias semanas de reposo, pero parece que me voy recuperando rápido. De hecho el domingo estaba mucho mejor. Aún así, una vez que ha bajado un poco la inflamación, mi brazo demustra que el percance fue muy violento.